martes, 5 de mayo de 2009

Parado frente al mar, mientras el mundo gira

Si os digo la verdad, no sé ni cómo me siento hoy. Por momentos irradio felicidad por todos costados, y segundos después me hundo en mi miseria. Como diría Francisco M. Ortega y posteriormente Extremoduro daría voz a sus vocablos...Me angustia el cruce de miradas y la doble dirección de las palabras...
Soy un soñador forajido, un inconformista,un ignorante y un estúpido. Estúpido porque mis sueños son utópicos, porque mi inconformismo nunca llega a buen puerto, porque con el tiempo me doy cuenta de lo poco que sé, de lo equivocado que estoy cuando me creo unos esquemas que se rompen en un abrir y cerrar de ojos.
Creo en una fuerza que no tengo, en unas suposiciones sin fundamentos, asumo la incontinencia de mis palabras y desato mi ira. Me opongo a lo que no sigue los cánones de mis propias creencias y lucho por lo que creo.
Una lucha contra mi mismo, si bien es cierto que no tengo control sobre nada de lo que me rodea. Unos deseos y unos anhelos que, lejos de la realidad, me hieren de muerte y me resucitan para poder volver a abusar de mí. Un deseo irrefrenable de mover ciertos hilos a mi voluntad.
Saber lo que piensas y actuar en consecuencia, cambiar conceptos, remover las dudas y lanzarlas al vacío, agarrarte de la mano sin temor a ser rechazado, que la acción pensar en ti no suponga pensar también qué debes pensar tu de mí.
Aún así, y a pesar de todos los pesares, no me resigno. Pienso luchar hasta el final, pues esas son mis señas de identidad.
Sé que ésto son voces mudas que llegan a oídos sordos, pero después de escribirlo, me siento un poquito mejor.

1 comentario: