lunes, 25 de mayo de 2009
martes, 19 de mayo de 2009
sábado, 9 de mayo de 2009
Eres mi razón de ser y mi razón de abandonar
Tengo miedo que haya un día sin mañana, tengo miedo de que el pulso te eche un pulso y pueda más...
Al final abandonaré, cederé y quizás así estés alegre. Es algo inevitable e inminente.
Dime que no y deshazme de esas ilusiones rotas. Realmente estoy exhausto de luchar por lo inluchable, por los deseos que nunca alcanzaré.
De verdad, hazlo.
Mis sueños son hoy fracasos gracias a ti.
martes, 5 de mayo de 2009
Parado frente al mar, mientras el mundo gira
Soy un soñador forajido, un inconformista,un ignorante y un estúpido. Estúpido porque mis sueños son utópicos, porque mi inconformismo nunca llega a buen puerto, porque con el tiempo me doy cuenta de lo poco que sé, de lo equivocado que estoy cuando me creo unos esquemas que se rompen en un abrir y cerrar de ojos.
Creo en una fuerza que no tengo, en unas suposiciones sin fundamentos, asumo la incontinencia de mis palabras y desato mi ira. Me opongo a lo que no sigue los cánones de mis propias creencias y lucho por lo que creo.
Una lucha contra mi mismo, si bien es cierto que no tengo control sobre nada de lo que me rodea. Unos deseos y unos anhelos que, lejos de la realidad, me hieren de muerte y me resucitan para poder volver a abusar de mí. Un deseo irrefrenable de mover ciertos hilos a mi voluntad.
Saber lo que piensas y actuar en consecuencia, cambiar conceptos, remover las dudas y lanzarlas al vacío, agarrarte de la mano sin temor a ser rechazado, que la acción pensar en ti no suponga pensar también qué debes pensar tu de mí.
Aún así, y a pesar de todos los pesares, no me resigno. Pienso luchar hasta el final, pues esas son mis señas de identidad.
Sé que ésto son voces mudas que llegan a oídos sordos, pero después de escribirlo, me siento un poquito mejor.
domingo, 3 de mayo de 2009
Deseo que me DESilusión
Como aquel cuadro donde las segundas capas ocultan las anteriores, la niebla que encubre las montañas y las nubes que esconden las sombras de lo que nos rodea.
Te despiertas y todo sigue como ayer. Los mismos temores, las mismas credenciales. La única diferencia es una pequeña modificación en el número del calendario.
Eres débil, te dices a ti mismo. Aunque pretendas auto convencerte, seguirá siendo así hasta el fin de los tiempos.
Miras hacia atrás, y después de darle todos los rodeos posibles, llegas a la misma conclusión a la que hubieses llegado sin hacerlo.
No estás hecho para ser feliz. Ni para ser querido. Tan solo anhelas una cosa, pero parece ser que los astros se ponen siempre de acuerdo para que suceda todo lo contrario, o séase, nada.
Una sonrisa que se difumina con el tiempo, un sueño que se hace añicos. Esa cercanía que se convierte en lejanía en el momento de la despedida. Una soledad que es como carcoma para el corazón.
Pero, aún así, sin motivo aparente, conservo la esperanza (que me ha desmenuzado el corazón durante tanto tiempo) de que quizás seas tú la que me lo reconstruya de nuevo algún día.
No quiero ilusionarme, pero el no hacerlo sería una desilusión para mí...